La esperanza escrita en una bala, golpe de gracia, se rindió el espanto, alzó su bandera blanca, guarden las pieles, el viaje no será breve, cartuchos en el barro humeando, demasiado romance en la pólvora como a mí me gusta, seguimos con calma, calma.
Calma, siempre calma, sin balas en la recamara. Besos.
ResponderEliminarHay calmas que matan
ResponderEliminary balas que salvan