Ese grito no me pertenecía, lo pensé noches enteras, fue mi respuesta, no era mía, existía dentro de mi, flashes de creer estar solo, intestado, ser frio, ser humedad, una mancha que crece confundida, ser el arte que abraza la valentía de no equivocarse.
Nunca lo sabré. ¿Cuál es esa verdad que se llevaron qué nunca nos pertenecerá?
Estaba soñando, colgando de una corbata, escuche un grito mientras me ahogaba. Que bueno fue volver a verte, después de tanto tiempo, siempre fuiste real, el lado de la moneda que se esconde de la suerte, una verdad invisible, la impermanencia de todos mis intentos, mi única victoria, una sombra de mi voluntad.
Hay personas que nunca olvidamos. Te mando un beso. Enamorada de las letras
ResponderEliminarGran prosa, amigo... Me quedo releyendo y en la memoria me la llevo.
ResponderEliminarAbrazo sinceramente admirado.
Significa mucho para mi tu respuesta Carlos. abrazos!
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