La suerte oculta en una calle interminable, palabras aferradas a mis huesos, noches frías, madrugadas en las que olvide vivir, vacíos con los que compartí mi futuro, aferrándome al presente, lleno de misterios perfectos.
La suerte bailando en las profundidades, borrando finales, borrando la mitad perdida, creando, miles de vehemencias, que esperan escapar, ser como la suerte y bailar, sobre todas las mitades que nos falta volver a encontrar.
Buscare en los principios y aceptare sus finales, y miles de finales habrán, incoherentes, sin terminar por completo, corazones latiendo, siendo solo existencia, un puñado de alientos vagos, que desean quemarse para siempre en un grito.
Habitaran mas allá las respuestas, entre señales lejanas, encajaran, imperfectas.
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