Tengo una buena docena de correos archivados, ideales, enmarcados, a vos también te gusta jugar con la comida, jugar conmigo pero, pienso, pobre perro, no entendiste nada del pasado, teledirigidos, todos, y tejidos a medida, de mi para mi, alientos del ahora, encerrados en el ayer, hablando del mañana.
Arañando ese leitmotiv, el que pasaste por alto, ojo, también me miraron con esos ojos, tus ojos, los veo en cada rosto, pero no llevan tu nombre, también seguí mi camino, esa penúltima píldora que nunca tome, creo en mi mismo, una condena sin principios, no entendiste cuando te hable, creíste en una mentira mejor, entendiste lo que alguien más te canto, y fue porque me faltaron palabras que les mordí las manos, ahora solo quedan mensajes olvidados.
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