El cielo de la costa me conoce, no nací sobre la arena, pero sabe donde guardo la llave, fumando en silencio, simpatizando con cadenas. Nos separan mil años, y cien piezas, la savia desfila por el árbol.
Abandonaste la raíz para beber de esa agua, y de mi parte, fue aposta abandonar todo, para ver el oasis.
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