Las tardes son fatales, recuerdo como eran las cosas en épocas fantasmales, si me arden los ojos es porque estoy un paso más cerca de arruinar mi vista, la barbaridad en mi mente no declina, mientras el sol este en lo alto siempre habrá un deseo anhelando poder alcanzarlo.
El puro loto crece sólo en el fango de la mente. No lo olvides, Truesdale.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Gracias por tus palabras Carlos, como siempre, las tendré presente, un abrazo grande.
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