Aquellas tardes se perdieron en el tiempo, nunca pertenecieron a este mundo, era algo aparte, un ritual, un hueco sin fin, una historia que no terminaba más, y escribí cada pagina, disfrute cada palabra y luego sufrí cada coma, cada punto, ame la libertad, la conocí, me la regalaron, pero estaba todo mal, el cielo se caía, la luna colgaba de hilos finos, el sol ya no brillaba, y yo permanecía, era una falla dentro del programa, me sentía tan mal, tan mal de creer y saber, tan mal de desconocer y dudar, y cuando todo se rompió, acepte algo que ya conocía por instinto, no me da vergüenza, no me da pena, el orgullo déjalo en la papelera, tantas notas perdidas, tantas llamas que se apagaron, yo se quien soy, acepto lo que soy, un pacto con el Tiempo firmado en mi corazón, letras pequeñas, que no se alcanzan a leer, ya no puedo existir fuera, camino firme sobre el barro, lo abrazo, lo amo, lo dejo ir, mis pasos aterrorizan el camino, son un estruendo.
No estoy seguro, pero quiero ser una cara desvestida, sin mascaras, quiero que al verme a los ojos, me veas desnudo, sin preguntas, sin motivos, no tengo vergüenza, yo lo valgo, pero no me tomes, no pagues, es a voluntad. El amor es solo una opción. La nada es otra, amistad que atesoro, es buena elección, una amiga demasiada amarga, perfecta para los enemigos, que nada merecen, pero bailan de igual manera en el teatro, toda una obra, al pedo.
Pero decir que soy un hombre nuevo, es un destino completamente distinto, bailar, bailar con amor, cada paso rompe la cascara que nunca fui, cada paisaje me da la paz que siempre quise, el frio de la mañana, acariciando lo mundano, mis dedos moviéndose solos, escribiendo, insano, lo necesitaba, esto es todo lo que tengo, si pudiera darte un abrazo, cálido, con ese calor resumiría toda esta prosa, todo este experimento, todas esas charlas, todo, termina, este es el punto final, feliz octubre, solo quedan letras, nada más.