Vestigios vestidos de una sorpresa, esa que espero sin ganas, una prosa que trae el vertigo, trae olvidos que bailan, y van, van, buscando su porte, entre escalones y versos, aburrida de merodear, de esperar que se desate la voragine, ahora todo arde, todo transita, todo es ignición.
Las sorpresas que esperamos nunca llegan a serlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Mejor dejarlas que solo sean una sorpresa. Abrazos Alís!
EliminarAsí es la inspiración, amigo...
ResponderEliminarUn flash.
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