Yo construyo mi verdad a cada segundo y será mi pasión sellada en ella la que me salve de la calamidad, nada pasa, todo se destruye, todo pasa, pero nada te influye, si la ilusión del mañana se viste de cascaron, si en esa carcasa solo podías soñar con la dulzura de vivir otro día, nada estaba bien, pero nunca estuvo mal.
Pinte en la corriente un mensaje sin sentido, me arrepentí pero lo afronto, en todas las esquinas de este limbo, no había logros, solo un viaje, sin fin, sin motivo, una prosa vehemente como el corazón del que brota. Como un abrazo cargado de todo lo que dejamos abandonado.
Sobre la arena del desierto, todos quedamos a mano.