Que sean míos otra vez, tibios, ardientes como palabras, mientras la semilla se nutre en calma, míos otra vez, juntos a una razón, se hacen flor, que todo sea luz... nada nos ilumina en este lugar.
Paso el Tiempo dejando su piel seca sobre las olas, como banderas bailando, marca con sus pasos todos los lugares donde deje de ser yo, una amenaza, dentro de la vorágine, reptando.
Un océano es como una vida, no necesito nada ya, la decadencia no me ahoga más, el Tiempo dejara mi cuerpo y mis ideas en la orilla, una playa llena de inspiración, los granos de arena apuntando a todas tus fibras.
¿Te dibujo un mapa?