La vida vuela sobre el cielo, rastros de tormentas, con olor a experiencia, esa que viene llegando demasiado tarde, se diluye sobre mi cabeza una corona de instinto iluminada por sus rayos, la bronca te va a dejar ciego, sentilo de los dos lados, sentilo cuando llegues, tenia que ser así, cuando vuelvas otra vez, no te apures, esa moneda nunca va a caer.
Transito la coraza de los contemporáneos, sobre su dureza pienso solo en mi, mi egoísmo hace la pisada más liviana, pero no puedo entrar, muchas puertas, picaportes sin respuestas, no te culpes, las preguntas las vas a hacer vos, yo cacé las palabras, respondí a la llamada de la pasión obtusa pero sin lastima, una expedición al interior, nunca más fue igual volver a creer en pactos que en vez de huellas solo dejan una apuesta y no van a ningún lugar.
Cuando llego hasta el borde te veo.