Un grito, un desgarro, un grito, desconocido pero tan propio, un grito transformando minutos muertos en ecos, un grito oculto entre raíces, profundo, un garabato en las pieles del tiempo, un momento feral.
¿Volverá la mañana a quebrarse en miles de mitades?
¿Volveré a sentir el desfase en los segundos? Tan quebrados, tan perdidos.
¿Volverá mi fervor a despertarse? Ser la mitad faltante.
Un enjambre de susurros baila bajo el umbral, la puerta esta abierta.
Hoy, o mañana, quizás no es suficiente, salvarse a uno mismo, despertar y desatar la cuerda, volver a ser parte del tiempo. Soñaba y desperté de repente, escuche un grito, era mío, era yo, y me rescate de soñar para siempre, quizás lo mejor sea sobrevivir, desarmar las piezas del rompecabezas que nunca termine, y volver a darle una nueva vida a lo inexplicable, continuar con esta vorágine, ser el arte sin maestros, sin cuerpo, sin principio.
Un enjambre de susurros baila bajo el umbral, la puerta esta abierta.
¿Transitarás?
Acto II: Impasse, Ad Libitum.
Hace años te hubiera dado algún consejo inútil o hubiera escrito un comentario intrascendente..
ResponderEliminarAhora ni eso... no me entiendo, no me comprendo, sé menos que antes y apenas valgo nada.
Saludos.
Tranquilo compañero, saludos Toro!
EliminarLa puerta queda abierta tras tu impasse, siempre inspirado amigo...
ResponderEliminarAsí se quedara, al menos por ahora, abrazos Carlos!
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